Una tarde aciaga que pudo ser aun peor (2-3)

Escrito por Carlos Illán - José A. Martínez Mellinas. 23 de noviembre de 2019, sábado.

Surmenor sufrió la lesión de su atacante Edna Bugmann (podría haber dicho adiós a la temporada) nada más comenzar el partido ante un rival directo por la permanencia que se puso con 0-2 a su favor, pero el cuadro algareño hizo un derroche de superación y con el apoyo de su público, que no dejó de jalear el popular “¡Sí se puede!”, logró igualar la contienda, pero se quedó sin fuerzas para la ‘muerte súbita’. Sin embargo, la reacción permite puntuar y seguir por delante de la clasificación con respecto al Sant Cugat, no entrando en la zona de descenso.



La AD Algar Surmenor afrontaba un duelo de gran valor en la lucha por no perder la estrenada categoría de élite del voleibol femenino español y enfrente tenía a un rival directo para el que la cita también era de gran valor. El duelo, además, presentaba a dos escuadras necesitadas de triunfos, pues las locales llevaban cuatro derrotas consecutivas y las catalanas sólo habían saboreado un triunfo en la liga.

Miriam López, Paula García, Micaella Rosell, Edna Bugmann, Devon Rachel, Denis Belcher y Mamen Barón fue el equipo inicial que puso en liza el entrenador, Collin. No empezó bien el partido (4-8), pero cuando parecía que llegaba la reacción (6-8) se produjo la grave lesión de la brasileña Edna Bugmann. A falta de diagnóstico oficial, se teme que haya sufrido una fractura del tendón de aquiles que podría suponerle no jugar más esta campaña.

Su puesto lo ocupó Marta Ruano, jugadora casi inactiva esta temporada en un equipo al que las lesiones le están pasando más factura de la prevista a estas alturas de la temporada. Con Rachel Devon como artillera principal, se consiguió remontar (11-10), pero las catalanas volvieron a hacerse con el control y se marcharon en el marcador (17-24). Un parcial de 6-0 avivó la esperanza, pero quedó ahí (23-25).

Parecía Surmenor encauzar su camino en el segundo set (3-2), pero se vino abajo (4-11) y siempre fue a remolque hasta perder por 20-25. El panorama estaba muy mal, pues se estaba a un paso de perder por un severo de 0-3 que hubiese supuesto que las catalanas alcanzasen a las algareñas en la clasificación.

Pero llegó la reacción. Las locales no entienden de rendiciones y, con el jaleante calor de su público, comenzaron a tratar de evitar la hecatombe. El tercer set comenzó bien (5-1) y siempre fue controlado, pese a que se puso con 12-9 tras un discutido punto que los árbitros dieron a las catalanas y que supuso la tarjeta para la capitana, Miriam López, cuando protestó. Los gritos de “¡fuera, fuera!” por parte del publico no se hicieron esperar, pero cambiaron su contenido cuando enseguida sus jugadoras pusieron puntos por medio y se hicieron con el set (25-16).

El partido no estaba perdido y el ‘sí se puede’ ya no parecía una misión imposible. El cuarto set volvió a ser claro con un marcador de 25-15. Surmenor estaba ‘crecido’ y Sant Cugat parecía ‘tocado’, pero la ‘muerte súbita’ fue otra historia. Las catalanas entraron mejor en el partido (0-5) y ya no soltaron su control (mantenieron esa ventaja en casi todo momento) pese a que cometieron dos errores en el saque y a los dos tiempos muertos solicitados por Andre Collin. No pudo ser, pero también es cierto que pudo ser peor.  



Más de trescientos espectadores fueron los que nuevamente vibraron la AD Algar Surmenor, aunque esta vez no hubo final feliz. Entre ellos estuvieron la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón; y el director general de Deportes, Francisco Sánchez, entre otros.

Ahora a tratar de solventar el panorama tras la lesión de Bugmann y a preparar la difícil salida a la cancha del líder en Logroño.

 

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