“El problema del Mar Menor no son las lluvias, sino lo que éstas arrastran”

Ecologistas en Acción asegura que las escorrentías de las lluvias y la contaminación difusa que llegan a la laguna salada son mayores que nunca debido al cambio del paisaje de secano a regadío intensivo. “Las lluvias torrenciales son propias de nuestro clima desde hace siglos, la novedad son las 60.000 hectáreas de regadío, las granjas intensivas de ganado y la urbanización de la costa. Tormentas como la que ayer suponen importantes entradas de aguas cargadas de tierras de cultivo y abonos al Mar Menor, y demuestran que es urgente aplicar medidas de retención y conservación de suelos y nutrientes, en el origen. Ante estos episodios no sirven de nada las carísimas infraestructuras de cemento y tuberías ideadas para recoger los drenajes agrícolas”, indican.


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